Cómo ser la mejor mamá: 5 consejos de Psicólogos expertos para lograrlo

Mientras algunos profesores dudaron de su lento aprendizaje, la mamá (Pauline Einstein) de Albert Einstein lo inscribió en clases de música, así mismo mientras que su padre quería que Hittler trabajara para el estado, el instinto maternal de su madre (Klara Hitler) prefería apoyarlo en sus sueños de ser pintor y la complicada relación con su madre, de abusos y abandono, impulsó el talento de Eminem para componer canciones. ¿Qué aprendemos de estos ejemplos? Nos enseñan sobre como la relación con una madre, puede cambiar el rumbo de la vida de un hijo (o de la historia). Ser madre no es fácil, ya que la crianza es complicada, pero en este artículo te dejamos 5 consejos de Psicología sobre cómo ser la mejor mamá, antes de ello te explicaremos un poco sobre el momento en que se forma la relación madre-hijo.
¿Qué es la simbiosis entre una madre y su hijo?
Antes del parto, el bebé y la madre comparten un mismo cuerpo, existiendo una relación de interdependencia mutua (dependen uno del otro). Esta relación es tan profunda, que al nacer, el bebé reconoce a su madre por el aroma, esto se debe al líquido amniótico (líquido que rodea la bolsa del feto durante la gestación). Esta relación se vuelve menos dependiente conforme el bebé crece y asimila su propia personalidad, pero es esta relación simbiótica lo que marca la influencia de una mamá en la crianza de un bebé.
Cómo ser la mejor mamá: 5 consejos de Psicología para alcanzarlo
Numerosos autores de Psicología, han estudiado la relación madre-hijo y han desarrollado investigaciones sobre los modelos de crianza para lograr un mejor desarrollo infantil, aquí te dejamos algunos ejemplos:
1. Repetirá todo lo que haces, tú decides si eso da miedo o tranquilidad.
De acuerdo con Albert Bandura, los niños aprenden observando e imitando el comportamiento de los adultos significativos, especialmente sus padres. El autor lo comprobó durante el experimento del muñeco Bobo, realizado en 1961, donde se demostró que los niños aprenden por observación.
En el estudio, algunos niños vieron a un adulto actuar de forma agresiva contra un muñeco inflable (Bobo), mientras que otros no vieron ese comportamiento. Al tener luego acceso al muñeco, los niños que observaron la agresión la imitaron, mientras que los demás no mostraron esa conducta. Este experimento confirmó que los niños pueden aprender comportamientos, incluso agresivos, simplemente al observar a los adultos.

Por ello es normal que al crecer traten de imitar ciertas conductas que ven en nosotros, como es el caso de los varones que intentan probarse las zapatillas de su madre o las niñas que juegan con las corbatas de papá, nada de esto es anormal y solo es parte de su desarrollo, pero las conductas que observen en nosotros serán replicadas por ellos.
2. ¿Cómo ser la mejor mamá? Aprende a poner límites a tu hijo es mejor a que el mundo se los ponga (por las malas)
En el libro Disciplina sin lágrimas, el neuropsiquiatra, Daniel J. Siegel, habla acerca de como la disciplina no se trata de castigar, sino de enseñar con conexión, ya que es posible disciplinar con respeto y estímulo, estableciendo límites claros y coherentes.
Este enfoque permite imponer disciplina de forma que privilegie la relación y el respeto, relegando el enfrentamiento y el conflicto a un segundo término.
Ejemplo: Supongamos que tu hijo o hija desea comer más dulces, tendrías dos escenarios:
- Enfoque tradicional: levantar la voz y decir“¡Te dije que no! ¡Si sigues así, te castigo!”
- Enfoque de Siegel: Conectar antes de corregir y expresar lo siguiente: “Ya veo que realmente quieres más dulces. ¡Son muy ricos, ¿verdad? Pero ahora no es momento de comer más, vamos a cenar primero”.
3. Escuchar es sinónimo de atención, oír es sinónimo de ignorar.
Naomi Aldort es una terapeuta familiar y conferencista reconocida por su enfoque respetuoso y consciente de la crianza. En su libro “Aprender a educar sin gritos, amenazas ni castigos”, presenta un método práctico llamado SALVE, donde explica que la escucha activa empieza por el adulto.
Antes de poder escuchar de verdad al niño, el padre o la madre necesita silenciar su mente reactiva y conectar con su propia experiencia emocional. Sólo desde ahí puede ofrecer al niño una respuesta empática, firme y amorosa que modele una relación saludable con las emociones y los conflictos. Entre los consejos sobre cómo ser la mejor mamá, está esta técnica:
- S – Silénciate (Stop)
Detente antes de reaccionar. No respondas automáticamente desde la ira, el miedo o la frustración. Tómate un momento para respirar y observar lo que sientes. - A – Atención a lo que sucede en ti
Conéctate con tus emociones y pensamientos. ¿Estás interpretando lo que tu hijo hace como una amenaza, una falta de respeto, o estás viendo su necesidad real? - L – Libérate de tu historia interna
No te dejes llevar por creencias del tipo: “me está desafiando” o “es un malcriado”. Aldort señala que el problema muchas veces no es lo que el niño hace, sino lo que el adulto interpreta. - V – Valida al niño
Escucha al niño sin corregir ni juzgar. Refleja lo que sientes que él está sintiendo. Por ejemplo: “Estás muy molesto porque querías seguir jugando”. Esto ayuda al niño a sentirse visto, lo que reduce la necesidad de gritar o portarse mal. - E – Empodera al niño desde la conexión, no desde el control
Desde un espacio tranquilo y conectado, guía al niño para encontrar soluciones o límites, sin recurrir al castigo. Por ejemplo: “Vamos a guardar los juguetes juntos, y luego vemos si hay tiempo para más”.

4. La “chancla” no es una opción: antes de corregir, debemos validar las emociones
En la lista de consejos sobre cómo ser la mejor mamá, Adele Faber y Elaine Mazlish, en su libro “Cómo hablar para que los niños escuchen y cómo escuchar para que los niños hablen”, explican como la validación emocional es un primer paso fundamental para fomentar una relación de confianza y respeto entre padres e hijos. Validar no significa estar de acuerdo con todo lo que el niño hace, sino reconocer y aceptar lo que siente. Por ejemplo, si un niño se siente frustrado porque no puede armar un juguete, en lugar de decir “eso no es importante”, una respuesta validante sería: “Veo que estás frustrado porque no puedes armarlo, eso puede ser muy molesto”.

Es importante permitir que el niño procese su emoción antes de ofrecerle consejos o establecer límites. Una vez que el niño se siente escuchado y comprendido, entonces será mucho más fácil trabajar juntos para encontrar una solución, como acordar turnos para los juguetes o establecer un límite claro sobre comportamientos inaceptables.
5. Tú eres un adulto y tienes PACIENCIA, el niño está aprendiendo a tenerla.
Laura Markham, psicóloga y autora de “Peaceful Parent, Happy Kids”, es una de las voces más influyentes en la crianza respetuosa y consciente. En su enfoque, la paciencia no es solo una virtud, sino una herramienta fundamental para criar niños emocionalmente saludables y equilibrados.
Una de las ideas clave en su enfoque es que, para poder tener paciencia con nuestros hijos, primero debemos tener paciencia con nosotros mismos. Esto implica que los padres necesitan aprender a tomarse un respiro antes de intervenir en situaciones que despierten frustración, enojo o cansancio. Este espacio para reflexionar les permite reaccionar con serenidad y comprensión.
Cuando los padres modelan la paciencia, enseñan a sus hijos a manejar sus propias emociones. Los niños aprenden observando las respuestas emocionales de los adultos. Si un padre o madre responde con calma ante un conflicto, el niño aprende a regular sus emociones de manera más efectiva.
Estos son los consejos que Carl Rogers, la escuela de Psicología con más de 20 años de experiencia, te da sobre cómo ser la mejor mamá. Pero la mejor experiencia, se da con los años, recuerda que la mejor forma de criar, es con paciencia. Si deseas más información sobre cursos o diplomados que te ayuden en la crianza respetuosa, puedes enviarnos un WhatsApp